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La estructura del cuento
La estructura del cuento está integrada por:
·
el argumento o trama
·
la secuencia
·
los personajes.
Las acciones
El argumento, llamado también trama, es el encadenamiento de los sucesos.
La secuencia es el orden en que aparecen los acontecimientos en la historia. Dentro de éste se señalan los siguientes
momentos:
a) Planteamiento. Se muestra la situación inicial del relato. Se señalan
el tiempo y el lugar en los que el cuento se desarrolla y, simultáneamente, se presenta a los personajes principales. En algunos
relatos esta parte se omite y los personajes van apareciendo a lo largo de la historia.
b) Desarrollo. Encadenamiento de acciones. Sucesos y acciones.
c) Clímax o nudo.
d) Desenlace.
Las dificultades
que se presentan al momento de ordenar la acción se deben a que los autores juegan
con el tiempo en sus narraciones para lograr distintos efectos. Ésa es la razón por la que generalemente la novela y el cuento policiacos comienzan cuando el crimen o el delito ya se han cometido.
En ocasiones,
en el caso del cuento, la trama de la obra adopta formas particulares, no lineales,
que permiten mezclar el pasado con el presente; con ello, el cuento se torna más atractivo e interesante para el lector.
Existen algunos
saltos temporales que son muy usados en la literatura con diversas finalidades,
como el racconto y el flashback.
El racconto es un retroceso temporal extenso que se produce en un relato
y sirve para recoger situaciones pasadas. El flashback
también es un salto hacia el pasado, pero se diferencia del racconto porque es
más breve.
El texto
literario puede, además, tener un comienzo in
media res, cuando la narración se inicia en un punto intermedio, por lo que el relato debe retroceder para recuperar
el inicio; o un comienzo in extrema res, cuando el relato se inicia con el fin y después retrocede para conocer su desarrollo.
A partir
de estos ordenamientos podremos comprender la trama. El ordenamiento temporal
dosificará la información a la que accedemos con respecto a los personajes, a las claves que solucionan el enigma en el relato
policiaco, o a un misterio que se ha abierto al realizar un viaje en el tiempo.

Los personajes
Los personajes son las personas, los animales o los objetos que aparecen y participan en el cuento. En general, el
autor los presenta de forma directa o indirecta, apoyándose en la descripción de sus características físicas y sicológicas
o mediante su conducta y relaciones con los otros personajes.
Según la importancia y participación
que tengan en las acciones de la historia, encontramos diversos tipos de personaje:
·
Personaje principal o protagonista. Es el centro de la historia: todas las acciones lo afectan de un modo u otro, por lo que el desarrollo del suceso
depende en gran parte de él. En ocasiones pueden presentarse varios personajes protagónicos en una narración, sobre todo cuando
uno de ellos es contrario o enemigo de otro; en esos casos hablamos de una combinación de personajes: protagonista-antagonista.
·
Personaje secundario.
Aunque el personaje secundario de un cuento participa en algunos de los acontecimientos, su presencia es necesaria por la
relación y dependencia que tiene con el protagonista.
·
Personaje incidental, ambiental o fugaz. Este personaje interviene muy poco en la historia, por lo que su importancia es de mejor grado.
Tipos de narrador
En todas las narraciones existe
siempre un narrador que no es el autor. Es el que nos relata la historia.
Narrador |
Características |
Omnisciente |
·
Cuenta lo que ocurre
dentro de la historia, pues no sólo relata lo que hacen los personajes, sino también lo que sienten y piensan. Omnisciente
significa “que todo lo sabe y lo siente”.
·
Su relato está estructurado en tercera
persona. |
Personaje |
·
Es un personaje de la
historia.
·
Narra los sucesos desde el punto de
vista de una persona involucrada con los otros personajes y con las situaciones y las motivaciones de la historia.
·
Su relato generalmente está estructurado
en primera persona. |
Testigo |
·
Cuenta sólo lo que se puede ver o escuchar.
·
No conoce los sentimientos ni los pensamientos de
los personajes. Sólo puede referirse a lo que los personajes mismos expresan que sienten o piensan.
·
Es alguien que sabe del pasado únicamente lo que presenció
o lo que le dijeron; del presente sólo sabe lo que alcanza a escuchar o presenciar, y nada del futuro.
·
Puede no ser un personaje de la historia; sólo alguien
que está enterándose de lo que pasa.
·
Su relato también usa la tercera persona. |
Interlocutor |
·
Es como una voz que se
habla a sí misma.
·
Usa el pronombre tú para estructurar el relato. |
Ejemplos del uso del narrador protagonista:
Me había ido a Suiza en vísperas de Navidad, esperando, por experiencia, pasar un mes con un tiempo
tan magnífico como reparador. Había escrito para reservar una habitación en el Hotel Beau Site, y al llegar me encontré con
la agradable sorpresa de ver que por la modesta suma de doce francos al día me habían adjudicado una habitación en el primer
piso que tenía dos camas. Era la única disponible, pues el hotel estaba lleno. (“La otra
cama”, Edward Frederic Benson).
Ese largo y angustiosos escalofrío que parece mensajero de la muerte, el verdadero escalofrío del
miedo, sólo lo he sentido una vez. Fue hace muchos años, en aquel hermoso tiempo de los mayorazgos, cuando se hacía información
de nobleza para ser militar. Yo acababa de obtener los cordones de Caballero Cadete. Hubiera preferido entrar en la Guardia
de la Real Persona; pero mi madre se oponía, y siguiendo
la tradición familiar, fui granadero en el Regimiento del Rey. (“El miedo”, Ramón
María del Valle-Inclán).
Ejemplos del uso del narrador omnisciente:
Juanita había dejado en su pueblo un novio; un novio a quien quería de todo corazón, como quieren
los que no tienen otra cosa con qué ocupar su cerebro, y el novio Nicolás había prometido escribirle. Juanita esperaba con
impaciencia aquella carta; pero, para su desgracia, la chica no sabía leer y vacilaba entre el placer de recibirla y el disgusto
de tenerla entre las manos, anhelando conocer el contenido; de modo que unas veces deseaba la llegada de la carta y otras,
tenía miedo de recibirla. (“Problema irresoluble”, Vicente Riva Palacio).
Lo que Vélez menos entendía era lo de la lata de sardinas. La esposa aseguró al sargento que en la
casa no había ninguna lata de sardinas cuando ella salió. Sospechó que don Felipe pudo salir a comprarla por antojo, pero
el tendero de la esquina declaró que la víctima no le compró la lata, aunque reconoció ésta como de la marca de las que tenía
en existencia. Esa tarde había vendido tres latas, pero no recordaba a quién, porque era vigilia y los compradores no eran
clientes habituales. (“El secreto de la lata de sardinas”, Pepe Martínez).
Ejemplos de narrador interlocutor:
Ahora reposa y siéntate. Dentro de un instante entrará un vendedor a explicarte que tu televisor
está pasado de moda y que debes comprar el nuevo modelo. En pocos minutos convendrás con él las condiciones del crédito, lograrás
que te acepten el viejo modelo en el diez por ciento del precio y te dirás que en verdad una mañana de uso ya es suficiente.
(“El monopolio de la moda”, Luis Britto García).

El ambiente
Las circunstancias que rodean a los personajes de un cuento son importantes porque ayudan a situar la historia en
un lugar y en un momento determinado.
En el caso
de los cuentos de terror, el escenario donde se desarrolla la acción tiende a
ser lúgubre y oscuro. Los castillos, casas embrujadas y cementerios serán entornos
adecuados para el desarrollo del relato.
El ambiente
donde se desarrolla una trama policíaca puede ser similar a la anterior, ya que
el misterio también es característico de este tipo de historias. En el caso de
estas obras encontramos que hay un tipo particular de relatos que se denominan enigmas
de cuarto cerrado. Son historias policíacas clásicas donde ha ocurrido un hecho que es inexplicable porque a primera vista
nadie ha podido entrar o salir de la habitación para cometer el crimen que moviliza la acción. Un cuento característico de
este tipo de enigmas es El asesinato de la Calle Morgue, de Edgar Allan Poe.
Por su parte,
las narraciones de ciencia ficción pueden desarrollarse en espacios futuristas llenos de tecnología, con autos que vuelan y grandes avances, o también en ciudades devastadas
por guerras futuras y naves espaciales.
Por lo general,
las narraciones de ciencia ficción pueden situarse en un futuro imaginario; sin
embargo, también pueden incluir el pasado gracias a máquinas que transportan en el tiempo y viajes imposibles. Por su parte,
los enigmas policíacos y los cuentos de terror suceden en nuestra época, pero también pueden ocurrir en el pasado, en ciudades
medievales y renacentistas.

Tipos de desenlace
Son muchas
las ocasiones en que un autor deja parte de su narración a la libre imaginación del lector. Aunque los motivos y usos pueden
ser diversos, se identifican claramente dos:
·
el final abierto,
·
lo imposible de describir, que lleva a una incertidumbre
en el desenlace.
El final abierto. La duda es un recurso muy usual. Se produce cuando,
una vez que el lector ha acabado de leer el relato, hay una vacilación entre las posibles explicaciones que pueda tener la
pavorosa historia del relato. El autor cree oportuno que el lector mismo escoja la explicación que más le satisfaga para construir
el verdadero desenlace y final comprensión del texto.
En algunas
ocasiones, sin embargo, ni siquiera esa duda es posible, pues el escritor no desarrolló ningún tipo de posibilidad para un
desenlace. En estas ocasiones, el lector debe hacer un mayor esfuerzo por inventar una explicación convincente y no quedarse
a medio relato. Son cuentos inconclusos o que sólo exponen los acontecimientos, de forma que no debe esperarse ningún desenlace,
pues no existe.
Lo imposible de describir. En las descripciones de personajes, sensaciones,
espacios, estados y demás, el autor recurre al hecho de que son tan horripilantemente indescriptibles que las palabras no
bastan para transmitir el enorme terror que producen. Mediante el uso de este procedimiento, el escritor crea una imagen absolutamente
más aterradora de lo que nunca había podido llegar a imaginar y transcribir al papel, ya que la imaginación de la persona
tiene muchos más recursos creativos que cualesquiera de las que se pueden escribir.
Se llama
final cerrado a aquél en el cual se manifiesta de manera expresa lo que sucedió
con cada uno de los personajes que participaron en la acción.
Tipo de desenlace |
Recurso discursivo |
Efecto en el lector |
Terminante |
El problema planteado queda resuelto
por completo. |
Resuelve el problema y alivia
la tensión del relato. |
Moral |
El
comportamiento de los personajes transmite el valor ético que se desea mostrar. |
Admite
o rechaza el valor ético de la solución y continúa el diálogo interior. |
Dual |
Se
proponen dos soluciones: los protagonistas opuestos reciben las consecuencias de sus actos. |
Se
identifica con uno de los protagonistas y justifica su oposición con el otro. |
Esperanzador |
Se termina el relato pero se sugieren soluciones que pueden resolver el problema en el futuro. |
Comprende lo que pasa en la historia y crea su propia solución al problema. |
Intrigante |
Se
cierra el relato con el germen de un nuevo problema. |
Reactiva
el proceso de solución de problemas y la tensión se eleva. |
Fuentes:
-
Castillo,
Alma Yolanda, et al., Contexto 1. Ediciones SM, México, 2006.
-
García
Cárdenas, Lidia y Yolanda Torres del Cueto, Español 1. Patria, México, 2006.
-
Hernández
Barros, Alejandra, Español 1. Santillana, México, 2006.
-
Lozano,
Lucero, Español 1. Libris Editores, México, 2006.
-
Del Valle
Guerrero, Estela y Sara Silva Cabañas, Español 1. Castillo, México, 2006.
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